Día 7:
Desayuno. Salida hacia las montañas del Alto Atlas a través del paso de Col de Tizi N’Tichka, una de las carreteras más altas y desafiantes del país, con unas vistas panorámicas a las impresionantes montañas, valles profundos y el contraste con los paisajes áridos. Llegaremos a uno de los puntos más importantes del viaje: la Kasbah de Ait Ben Hadou. Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es el pueblo fortificado más icónico y mejor conservado de Marruecos, es un ejemplo de la arquitectura tradicional del sur marroquí, con sus casas de adobe, torres y estrechas callejuelas. El pueblo está construido sobre una colina, y las casas se apilan unas sobre otras, creando una estructura defensiva y visualmente impresionante. Ait Benhaddou fue construido para proteger a sus habitantes y sus bienes de los ataques de tribus nómadas. Debido a su aspecto único ha servido como escenario para numerosas películas. Continuación hasta Marrakech, la segunda ciudad más antigua de las cuatro ciudades Imperiales Marroquíes. Marrakech es conocida como la Ciudad Roja por el color distintivo de sus edificios y murallas; a la llegada comenzaremos la visita por los Jardines de la Menara, un oasis de serenidad de extensos olivares y un inmenso estanque que ofrecen un respiro del ajetreo de la ciudad. Después visitaremos el exterior del minarete de la Koutoubia, el alminar de la Mezquita del mismo nombre y un ejemplo de la arquitectura almohade. Este minarete sirvió de inspiración para la Giralda de Sevilla y la Torre de Hassan en Rabat. A continuación, nos adentraremos en la parte semi antigua de la ciudad, donde realizaremos la visita al Palacio de la Bahía, diseñado para ser el más grande y lujoso de finales del siglo XIX, incluye multitud de patios, jardines exuberantes, tallas estucadas de madera y hermosos mosaicos. Almuerzo opcional (Almuerzo incluido solo en la opción -SI). Acabaremos la visita en la plaza de Jmaa el Fnaa, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2008, quien reconoció la importancia de esta plaza como un espacio cultural vivo y un centro de tradiciones orales y espectáculos. Esta plaza es el corazón palpitante de Marrakech, un crisol de cultura, entretenimiento y comercio, con un constante flujo de personas, tanto locales como turistas y con una increíble mezcla de sonidos, olores y colores que estimulan los sentidos. Desde aquí, podemos acceder a los zocos y la Medina, donde encontraremos artesanos de madera, cerámica, peleteros, entre otros. Por la noche tendremos la posibilidad de asistir de manera opcional, a un espectáculo de fantasía con jinetes, bailarines, acróbatas, músicos y un sin fin de actuaciones en el restaurante más conocido de Marruecos, Chez Alí, donde también disfrutaremos de una Cena tradicional marroquí. Regreso al hotel. (Visita incluida solo en la opción -SI). Alojamiento.